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Año XII - Edición 217 12 de septiembre de 2013

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Ciclo de conferencias de Filosofía del Derecho. Derechos Humanos y multiculturalismo

  • Notas

El ciclo de conferencias de Filosofía del Derecho continuó el pasado 22 de agosto con la disertación del Dr. Luiz Fernando Coelho. La actividad fue organizada por el Departamento y la Maestría en Filosofía del Derecho y versó sobre “Derechos Humanos y multiculturalismo”.

Coelho comenzó su exposición remitiendo a una política que no respeta los Derechos Humanos, que no hace caso a la libertad, democracia y a la libertad de pensamiento y sentenció “uno de los argumentos en defensa de estas nuevas dictaduras es el respeto a las tradiciones culturales de los pueblos”.

Seguidamente, explicó el principio de universalidad de los Derechos Humanos. “Este principio establece que tales derechos no se limitan a las fronteras geopolíticas de los Estados-Naciones, incluso a su adopción por parte de los sistemas nacionales positivos; son derechos válidos y vigentes en todo el mundo y su apropiación es el primer deber de las organizaciones estatales internacionales”, afirmó.

Lo que precipitó la convicción de que la protección internacional de esos derechos estaría por encima de los intereses de los Estados fueron las atrocidades cometidas por las dictaduras del siglo XX bajo la ideología de que el fin justificaba los medios. Esto trajo cuatro consecuencias importantes, continuó Coelho: en primer lugar, se institucionalizó el concepto de crímenes contra la humanidad. En segundo lugar, se declaró la imprescriptibilidad de los mismos. La tercera consecuencia fue el establecimiento de jurisdicciones reconocidas internacionalmente competentes para la instrucción y enjuiciamiento de esos criminales. Y por último, la asignación a todos los Estados del derecho a demandar y enjuiciar tales delitos.

De acuerdo con el expositor, el ideal de los Derechos Humanos universales se enfrenta a un obstáculo: la oposición entre universalismo y multiculturalismo en relación con el ámbito de aplicación de los principios que deben regir los Derechos Humanos nacionales e internacionales. La aplicación de políticas se enfrenta a las grandes y persistentes diferencias entre los diversos pueblos del mundo. El fenómeno cultural, indicó Coelho, refleja la experiencia histórica de cada sociedad en particular que se enfrentó a retos diferentes en diferentes contextos. Por ello se argumenta que esta visión universalista establece una concepción hegemónica y abstracta, característica del pensamiento occidental y que sus normas de imposición representan el colonialismo de épocas anteriores.

En la base del multiculturalismo está una conceptualización antropológica de la cultura, la forma en que un grupo de gente piensa, cree y vive; sus propias formas de adaptación al medio ambiente. Desde ese punto de vista antropológico, la originalidad de cada cultura es la manera particular de resolver los problemas bajo la perspectiva de sus valores y no en las contribuciones parciales de cada pueblo al conjunto de la civilización. Pero el multiculturalismo no es sólo descriptivo de la diversidad cultural, sino que también es una ideología que tomó una forma normativa a través de la Carta Africana de Derechos Humanos, la Declaración de Bangkok y culminó con una Conferencia celebrada en Viena en junio de 1993 donde la política del multiculturalismo fue defendida principalmente por los países de Asia, África, países islámicos que firmaron el rechazo de toda injerencia en los asuntos internos de los países signatarios ya que los Derechos Humanos deben ser entendidos en término de las diferencias culturales y religiosas.

La ideología multiculturalista no considera criterios materiales sino espirituales, morales, axiológicos. Se impone el relativismo moral, lo cual afecta la comprensión de los Derechos Humanos; se defiende la tesis de la validez de los sistemas morales tan sólo para una determinada cultura cuyos miembros, compartiendo intersubjetivamente las mismas creencias y convicciones axiológicas morales y políticas, forman una comunidad ética. La consecuencia de este relativismo moral es la negación de una jerarquía axiológica que supera los límites éticos del grupo así como la resistencia a aceptar criterios heterónomos y meta éticos.

Otro de los puntos mencionados por Coelho fue que el multiculturalismo legitima el fundamentalismo ético-religioso, la idea arraigada en el inconsciente colectivo del grupo de que sus criterios son superiores a los demás y por lo tanto merecen ser presentados como universales por defecto o imponerse por la fuerza o propaganda.

El Dr. Luiz Fernando Coelho explicó que el ideal de los Derechos Humanos universales se enfrenta a un obstáculo: la oposición entre universalismo y multiculturalismo en relación con el ámbito de aplicación de los principios que deben regir los Derechos Humanos nacionales e internacionales.