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Año XII - Edición 223 05 de diciembre de 2013

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Ciclo de conferencias de Filosofía del Derecho
Derecho y desarrollo

  • Notas

“Derecho y desarrollo” fue el tema que trató una nueva reunión del ciclo de conferencias de Filosofía del Derecho que se realizó el pasado 8 de noviembre con la disertación del Mag. Martín Furlong. La actividad, organizada por la Maestría y el Departamento de Filosofía del Derecho, tuvo lugar en el Salón Verde.

De manera introductoria, el expositor buscó abordar el entendimiento actual del concepto de desarrollo. Así, presentó dos documentos elaborados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Uno de ellos era el último Informe de Desarrollo Humano, llamado “El ascenso del sur” y otro informe titulado “Un millón de voces. El mundo que queremos”, basado en encuestas a personas de todos los países miembros de las Naciones Unidas. “Esta encuesta se realizó porque la ONU está determinando nuevas prioridades que sucederán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio”. Luego hizo una somera descripción del documento: “en el primer informe uno se encuentra con una buena noticia ya que la mayor parte de los países del mundo pudo mejorar el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que tiene dos dimensiones: una social y otra económica. También encontramos una advertencia que dice que el crecimiento económico de los países necesita de otras cuestiones para asemejarse al desarrollo. Estas cuestiones son políticas sociales e inversiones en capacidades de personas”. Furlong continuó: “el PNUD sostiene también que no es deseable que la mejora económica no venga acompañada de equidad. La última cuestión es que las distintas dimensiones (objetivos de desarrollo, salud, educación bienestar, crecimiento económico) se interrelacionan y fortalecen entre sí”.

Posteriormente, compartió los resultados de estos informes en América Latina. “La utilidad de ‘Un millón de voces’es ver cuál es la agenda para la gente: salud, educación, gobiernos honestos y receptivos”, subrayó, y agregó que la discusión está dividida por regiones, por lo que uno puede tomarle el pulso a América Latina. Los temas a la cabeza son una buena educación, gobiernos más honestos, mejor servicio de salud. Además, hay cuestiones que coinciden entre el mundo y América Latina, así, la educación se encuentra en primer lugar en ambos casos pero, por ejemplo, la lucha contra el crimen está antes en América Latina que en el promedio del mundo. “Si en una encuesta sobre desarrollo surge el tema del derecho, la gente supone que hay un vínculo entre el desarrollo y el derecho”, resaltó.

Luego, Furlong compartió distintos enfoques sobre este tema. El primero de ellos, con una visión más economicista que social, trata al Derecho como un mero instrumento para promover el desarrollo. A este planteo se le contrapone otro que ve al Derecho como un fin en sí mismo, como un objetivo de desarrollo. En este sentido, el filósofo citó a Amartya Sen, Premio Nobel de Economía y uno de los autores que más influyó en la creación del IDH. “El desarrollo es un proceso que tiende a proteger las libertades humanas. Eso nos dice Sen, aunque reconoce que puede haber otras visiones, que son importantes, pero como medios para expandir las libertades humanas”, agregó Furlong.

También opinó que es importante poner en perspectiva la función social del Derecho, que para Furlong, es que puede resolver conflictos y restablecer el equilibrio social. Una segunda perspectiva que distingue el expositor es la del futuro y la previsibilidad: “el Derecho permite a las personas calcular las consecuencias de sus actos (…) el Derecho se ve como un límite a la conducta humana y a la conducta de los gobiernos. Consecuentemente, el riesgo de conflicto baja”. La tercera función del Derecho que resalta Furlong es la educación, a la que definió como “la transmisión de valores o nociones acerca de lo que es correcto o incorrecto en una sociedad”. Aquí se citó como ejemplo el caso de Brasil, donde el Congreso aprobó una ley que asignaba el 75% de las regalías petroleras de Río de Janeiro a la educación. El cuarto tema es que el Derecho tiene el potencial de reducir el costo de las transacciones. “Hay economistas que piensan que si el costo de las transacciones se reduce, habría más transacciones”, advirtió.

Seguidamente, propuso abordar la cuestión metodológica y de las instituciones. En lo que a la metodología se refiere, explicó que existen diferencias metodológicas según cuál sea la ciencia social que mayor influencia ejerce sobre el autor. “La pregunta que surge siempre es si el Derecho tiene la capacidad o no de modificar la conducta humana”, aseveró. Lo que sostienen ciertos autores es que el Derecho tiene una gran capacidad para cambiar la conducta humana. Otros autores, en cambio, hablan de las fuerzas culturales, de las relaciones, de los compromisos informales, que también ejercen una influencia importante. Finalmente hay autores que sostienen que el Derecho no es parte del fenómeno de cambio de una cultura. Sobre el tema de las instituciones, “aquí también hay una postura cercana a la economía que sostiene que las instituciones son muy importantes para el desarrollo”, indicó. De acuerdo a este postulado, Furlong explicó que las personas responden a incentivos y son las instituciones las que crean estos estímulos. “Según Douglass North, Premio Nobel de Economía, existen reglas formales e informales que serían, por ejemplo, códigos de conducta que también pueden generar incentivos”, dijo y trajo como ejemplo el caso de China que sin tener un derecho contractual muy formal, tuvo un gran crecimiento económico y una importante inversión internacional.

“El desarrollo es un proceso que tiende a proteger las libertades humanas (…)”, resaltó Martín Furlong.