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Año VIII - Edición 140 23 de abril de 2009

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Charla sobre la relación Estados Unidos-América Latina durante la gestión de Obama

  • Notas

El pasado miércoles 8 de abril se llevó a cabo en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho una charla a cargo del Dr. Javier Corrales, profesor de Ciencia Política del Amherst Collage, acerca de lo que se espera por parte del nuevo gobierno de los Estados Unidos con respecto a América Latina. Este tema se encuentra muy discutido en Washington ya que, de acuerdo al expositor, “no es claro que Obama se haya definido de algún modo u otro”. En el acto estuvieron presentes el Secretario de Hacienda y Administración General, Mag. Alejandro Gómez; el Agregado Cultural de la Embajada de los Estados Unidos de América en Buenos Aires, John Finn; y el Lic. Jorge Mayer, Director de la carrera de Ciencia Política de la UBA.

En primer término, el Dr. Javier Corrales analizó el segundo gobierno de George W. Bush, y consideró que en este periodo se abandonó el comercio hemisférico en favor del comercio bilateral; China se convirtió en uno de los socios más importantes de varios países y, actualmente, Latinoamérica se está quedando atrás con otros mercados emergentes. Además, señaló que el bajo nivel de importancia de Latinoamérica para Estados Unidos puede medirse haciendo una lista en la que se establezcan los socios comerciales principales de Estados Unidos del año 2008. De esta manera, queda visible la poca presencia latinoamericana.

Posteriormente, aseguró que “Obama demostró en las elecciones que su margen de victoria no es histórico ni mayor que el de Clinton de 1996”, es decir que tiene un capital político moderado, y los cambios fundamentales en política exterior son riesgosos.

En cuanto a los mecanismos para influir en las relaciones internacionales, el disertante diferenció el soft power como el modo en que las grandes potencias pueden influir en la política internacional a través de gestos, diseminación de valores, formas no coercitivas y el hard power, que consiste en influir por medio de ejércitos o inversiones económicas. En tal sentido, sostuvo que el actual gobierno de Estados Unidos quiere utilizar el primero de ellos, detallando que “se suele utilizar en áreas de política exterior de bajo riesgo donde las posibles consecuencias de que algo ande mal son menores” y concluyó teniendo en cuenta que “Latinoamérica puede convertirse en una región en que Estados Unidos puede utilizar para convertir su imagen de soft power”.

“Con el cambio del nuevo Congreso, Obama adquiere la mayoría en la Cámara de Representantes y se encuentra muy cerca de la mayoría en el Senado”, subrayó el expositor, quien consideró que este dato es de suma importancia para América Latina porque cuando existe un tema de relaciones internacionales que deja de ser importante para la seguridad nacional, pasa a ser manejado por el Congreso, al cual se le da más oportunidad de que intervenga. Si en el Congreso domina la oposición, se suelen usar esos temas de poca importancia para la seguridad nacional como modo de hacer batalla interpartidaria y en la medida que Sudamérica se convierta en menos importante hay mayor probabilidad de que se encargue de estos temas el Congreso y no la Casa Blanca, y puede caer en las manos de la oposición. Sin embargo, reconoció que este peligro no se verá tan abiertamente en los próximos dos años.

A continuación, indicó que el acercamiento entre Washington y Brasilia, a partir de las relaciones entre Brasil y Estados Unidos en el segundo período de Bush, puede ser el principio de la transformación más fundamental en la geopolítica del hemisferio desde la crisis de los misiles. Asimismo, señaló que si bien en el primer gobierno de Bush y Lula éstos se encontraban en abierto conflicto económico, político y de todo tipo, esta situación cambió en el segundo gobierno de Bush, en el cual surgió en Washington un tratamiento especial a Brasilia. Para Corrales esto se debe a que “nos encontramos con una potencia como Estados Unidos abrumada de problemas y con muy poca energía para atender los problemas de la región del modo cualitativo que se merece”. Por lo tanto, Estados Unidos necesita una especie de socio en la región que se encargue de un sinfín de labores diplomáticas y económicas. Sin embargo, planteó como interrogantes cuántas prerrogativas se le debe otorgar a Brasil y cuán capacitado o dispuesto está Brasil a ser un líder diplomático de la región.

Para concluir, opinó que Argentina se encuentra en un momento definitorio, al cual podrá sacarle provecho tomando una decisión: “considerará este acercamiento de Washington y Brasilia como una amenaza, o tendrá otra posición política en la que no se resista a esta nueva sociedad pero le recordará a los miembros que Argentina es importante para muchos temas, que Brasil no lo puede hacer todo, que Argentina tiene algo que aportar para la diplomacia hemisférica, es decir, que tiene un valor agregado para dar”. De esta manera, el expositor estimó que tanto Washington como Brasilia reconocerán que no puede descansarse únicamente en Brasil y que hace falta también trabajar con los países vecinos, entre ellos, Argentina.