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Año XXI - Edición 375 16 de junio de 2022

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Boleta Única Papel: desafíos para su implementación

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El Observatorio de Derecho Electoral organizó el pasado 6 de junio una jornada sobre los desafíos para la implementación de la Boleta Única Papel. La presentación estuvo a cargo de María Alejandra Perícola, directora del Observatorio.

A modo de introducción, afirmó que “las propuestas de reforma electoral presentan al menos dos dificultades, la primera consiste en que cualquier modificación puede afectar los intereses de las fuerzas políticas que concurren a las elecciones, y la segunda, que es de carácter más bien teórico, parte de la naturaleza del propio procedimiento electoral, entendiendo que este es un sistema complejo en donde la modificación de alguna de sus piezas puede generar alteraciones imprevistas en la posición de las otras”. A partir de esto, expresó que se puede deducir que cualquier reforma de esta magnitud solo puede abordarse desde el máximo consenso, el cual debe ser logrado entre todas las fuerzas políticas y, por supuesto, dentro del marco legal y constitucionalmente establecido.

Luego, expusieron Gerardo Scherlis, investigador del CONICET y profesor titular de Teoría del Estado; Dolores Gandulfo, directora del Observatorio de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPAL); y María Cristina Girotti, profesora de Derecho Constitucional y consultora de temas electorales.

Actualmente, el tema examinado en la jornada está en pleno debate. Sin embargo, los elementos discutidos no varían en demasía. “A fines de la primera década del 2000, comenzaron a aparecer situaciones en las cuales algunos partidos políticos no podían asegurar una forma de que sus boletas permanezcan en el cuarto oscuro o hacerlas llegar a las más de 100 mil mesas de votación que hay en el país. Tampoco podían ir reponiéndolas a través de todo el proceso electoral. Este es un problema totalmente solucionable, y que la mayoría de los países del mundo ya lo resolvieron con, justamente, una boleta única de papel”, expuso Gerardo Scherlis.

En ese marco, señaló que cambiar este sistema representa una gran ventaja en diversas cuestiones, aunque cuando pensamos en la implementación, aparecen algunos componentes que podrían llegar a desafiarlo. Estos tienen que ver con las características que posee nuestro régimen electoral y sus particularidades. El desafío principal se relaciona directamente con volcar toda la oferta que poseen nuestras elecciones en una sola boleta. “Si bien existe una oposición con sus respectivas dudas razonables, este sistema tiene más cosas buenas que malas, y significaría un gran avance en sentido político”, indicó.

La segunda expositora, Dolores Gandulfo, manifestó: “No existe un sistema electoral ideal, ya que cada uno responde a una trayectoria histórica y a una cultura determinada. Tampoco podemos hablar de sistemas electorales ideales, sino de uno que cumpla con dos características. La primera sería que genere conciencia en la ciudadanía, y la segunda, que sea legitimada por las fuerzas políticas que compiten en la elección en sí”, planteó. En tal sentido, la oradora destacó la importancia de la reforma de diciembre de 2009, la cual fue un proceso consensuado entre la sociedad civil y las fuerzas políticas en el que se abordaron varios aspectos del proceso electoral. “Cuando se piensa en el diseño, se habla mucho de cómo se haría para evitar efectos adversos, de cómo se realizará ese diseño para que no afecte directamente sobre el sistema de partidos, algo que sería preocupante”, expresó.

Asimismo, recordó que en Argentina, desde la vuelta a la democracia, no hemos tenido denuncia alguna de fraude electoral, lo cual es muy positivo para nuestro sistema actual. Y puntualizó que contamos con un sistema de partidos consolidados, que genera una alternancia entre dos coaliciones importantes que son las que se enfrentan en cada elección, y que al mismo tiempo, da posibilidad a la gobernabilidad. “El único aspecto que afecta directamente al ciudadano durante la elección, es el instrumento de votación, ya que es el único contacto que este tiene el propio día de elección. Hay muchas provincias argentinas que ya poseen la boleta única en su normativa, pero no se está implementando”, manifestó.

Por último, María Cristina Girotti sostuvo: “Los sistemas políticos se basan en creencias. Estas constituyen confianzas, y, en general, todo cambio genera incertidumbre y temores aun cuando lo veamos como positivo. Por otro lado, lo positivo, independientemente de su bondad o de su eficiencia, nos produce cierta comodidad. En la Argentina, siempre ha sido fundacional la creencia en el voto y de que la legitimidad se construye con el mismo”. Luego, consideró que el tiempo, la utilización, el conocimiento y la práctica, a largo plazo desgastan los temores hasta hacerlos desaparecer. “Este debate introduce algo nuevo y que no hemos utilizado, pero con grandes indicadores positivos que nos dicen que vale la pena intentarlo. En tal sentido y como sociedad, vamos a obtener resistencias tanto personales como grupales, de los sectores políticos y de los partidos, ya que los cambios electorales, históricamente, no suelen generarse con consensos amplios, aunque todo indicaría que su utilización será fructuosa”, finalizó.

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