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Año VI - Edición 118 20 de diciembre de 2007

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Acto en homenaje y recordación a los profesores Roberto M. Mordeglia y Norberto J. Godoy

  • Notas

El 5 de diciembre pasado tuvo lugar en el Salón Rojo de nuestra Facultad un sentido acto en homenaje a los profesores Titulares Regulares Roberto M. Mordeglia y Norberto J. Godoy. El evento fue organizado por el Centro de Estudios de Derecho Financiero y Derecho Tributario de la Facultad de Derecho y contó con las palabras de los Dres. José O. Casás y Jorge H. Damarco. Del mismo modo, estuvieron presentes el Vicedecano Dr. Tulio Ortiz, el Secretario de Investigación Dr. Eduardo Barbarosch, y el Director del Departamento de Derecho Económico y Empresarial, Dr. Daniel R. Vítolo. Luego de la ceremonia, los asistentes se desplazaron al Departamento de Derecho Económico y Empresarial donde se descubrieron los retratos de los homenajeados.

En primer término, el Dr. Tulio Ortiz muy brevemente indicó que para toda institución velar por la memoria es fortalecerse porque sin historia no hay instituciones. “En este momento somos protagonistas de esta iniciativa que está construyendo la historia de la Facultad de Derecho” -agregó.

Posteriormente, el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires y Profesor Titular de Finanzas Públicas y Derecho Tributario en nuestra Facultad, Dr. José O. Casás, expresó una semblanza de la trayectoria del Dr. Roberto Mario Mordeglia.

El Dr. Mordeglia nació en la Ciudad de Buenos Aires el 18 de septiembre de 1939 y falleció el 3 de abril de 2006, a los 66 años. Egresó como abogado en el año 1960, en una carrera de poco más de tres años y, también en ella, poco tiempo después, recibió el diploma de escribano, para, finalmente, doctorarse con una tesis recomendada al Premio Facultad en 1981. Asimismo, era especialista en Asesoramiento de Empresas por la Pontificia Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires”, estudios que realizara becado por la Fundación Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

En lo atinente a su actuación profesional, cabe destacar su desempeño como Vocal del Tribunal Fiscal de la Nación entre los años 1972-1976 y como juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal desde dicho año y por casi un cuarto de siglo, hasta que en el año 2004 pasó a ejercer la profesión de modo liberal hasta su fallecimiento.

En el campo docente se distinguió no solo por su saber científico sino también por sus calidades personales que le permitieron formar innumerables discípulos. Ingresó a la Carrera Docente como ayudante de segunda de la Cátedra de Finanzas y Derecho Financiero a cargo del Dr. Juan Carlos Luqui, en julio de 1968 y luego revisto como profesor adjunto regular y, desde 1987, como profesor titular regular por concurso. A partir de 1984 amplió su labor docente desempeñándose también como docente del Departamento de Posgrado en esta Casa como en otras Universidades del país y del exterior, destacándose entre estas últimas la Universidad Mayor de San Andrés, de la Ciudad de La Paz, Bolivia, y  la de La Sabana, Colombia.

En referencia a su producción científica, el Dr. Casás señaló que realizar un relevamiento de todas sus publicaciones, tanto en obras colectivas como en revistas especializadas, se torna una tarea ímproba. A modo de un clásico, destacó el Manual de Finanzas Públicas, del cual fue coordinador, aparecido en 1977 y de uso corriente entre los estudiantes.

Finalmente, como rasgos salientes de su personalidad, Casás resaltó que Roberto Mordeglia fue un juez ejemplar y sus sentencias siempre marcaron un fino equilibrio entre el interés recaudador del Fisco y los derechos del contribuyente. En su trayectoria como magistrado reafirmó su imparcialidad y su independencia, evitando la estridencia ya que siempre supo resguardar el silente decoro de los jueces que sólo hablan a través de sus sentencias.

Concluyó diciendo que “como profesor, fue algo más. Fue un verdadero maestro difícil de olvidar, ya que su voz, baja y pausada,  seguirá resonando en las aulas y sus ideas se mantendrán imperecederas en los libros en que han sido volcadas y en las enseñanzas que sabrán, sin duda, difundir sus discípulos. Es por ello, que rendirle este homenaje e incorporar su retrato a la galería de profesores titulares de la materia ya fallecidos obrante en el Departamento de Derecho Económico y Empresarial, no es más que saldar una deuda de estricta justicia y dar testimonio de nuestro reconocimiento ante todos sus seres queridos”.

Por su parte, el Dr. Jorge H. Damarco tuvo a su cargo la recordación del Dr. Norberto J. Godoy, quien nació en la Ciudad de Buenos Aires el 27 de junio del año 1932 y se graduó de abogado en esta Casa de Estudios el 30 de diciembre de 1957. El 11 de diciembre de 1970 se doctoró en Derecho y Ciencias Sociales.

Desde 1960, el Dr. Godoy se desempeñó en la función pública en la Dirección General Impositiva, donde pasó por diversas reparticiones del ente recaudador. De 1968 hasta 1975 se desempeñó como abogado para, en el año 1969, volver a la función pública como asesor en materia tributaria de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la República. Luego, por concurso de antecedentes, accede al cargo de vocal del Tribunal Fiscal de la Nación, organismo este en que ejerció por tres períodos la presidencia.

Con respecto a la docencia, el Dr. Godoy se dedicó desde el año 1967, primero como Profesor Adjunto Interino en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, y en 1970 accedió por concurso al cargo de Profesor Adjunto Ordinario. En ese mismo año fue designado Profesor de Finanzas Públicas y Derecho Tributario en esta Casa y también fue profesor de legislación fiscal y aduanera en el curso para graduados de la Universidad Argentina de la Empresa. Del mismo modo, fue docente del Departamento de Posgrado de la Facultad de Derecho y de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

“Godoy era un intelectual que exponía los fenómenos con una gran rapidez, siempre coherente en sus ideas. Quienes lo conocieron así lo saben. A lo largo de su vida tuvo un espíritu de investigador de querer aprender, una enorme inquietud por querer analizar todas las cuestiones. Desarrolló un extraordinario espíritu crítico, expuso sus ideas con mucho entusiasmo y las mantuvo con la fuerza de su argumentación. Los conocimientos filosóficos que adquirió le sirvieron para mantener la coherencia de sus conceptos, del derecho como sistema jurídico sancionador, y un derecho penal propio para el derecho tributario. Lo vamos a recordar como un arquetipo que con todas sus fuerzas trató de aprender y enseñar. Transmitió lo mejor de sí para clarificar las ideas y abrir nuevos rumbos en investigación de las cuestiones jurídicas. Vamos a recordar su espíritu crítico, a veces polémico, su incansable deseo de trabajar, el cumplimiento de sus deberes como docente y como vocal del tribunal y su honradez espiritual” -terminó.