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Año XIII - Edición 237 25 de septiembre de 2014

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A 25 años de la Convención sobre los Derechos del Niño

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El Seminario Permanente de Investigación del Derecho de la Persona Humana, Familia y Sucesiones organizó el pasado 3 de septiembre un encuentro en ocasión de los 25 años de la Convención sobre los Derechos del Niño. Participaron del evento los profesores Carlos Martínez de Aguirre, Carmen Garcimartín, Graciela Medina, Úrsula Basset, Regina Beatriz Tavares da Silva y Marcos M. Córdoba. El evento fue coordinado por la profesora Esther H. Silvia Ferrer de Fernández.

Para comenzar, Carlos Martínez de Aguirre, presidente de la International Academy for the Study of Jurisprudence of the Family, recordó que el próximo 20 de noviembre se cumplirán 25 años de la adopción por las Naciones Unidas de la Convención sobre los Derechos del Niño. El disertante se centró en la convención pero desde una perspectiva de familia, es decir, el papel de la familia en relación con el niño. “Esta convención es la más exitosa de todas las que ha lanzado las Naciones Unidas. Es la más ratificada, ya que 193 países la han ratificado, y además en un tiempo record”, relató. En cuanto a la familia, explicó que desempeña un papel de primer orden en el desarrollo del niño y, por tanto, en el respeto a los derechos del niño. “El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”, afirmó. En este sentido, la convención establece que la familia es el medio ambiente adecuado para el desarrollo del niño, un entorno natural, altísimamente especializado, diseñado para proporcionar al niño desde su nacimiento la protección que precisa y para satisfacer sus necesidades físicas, intelectuales y volitivas. Hacia el final concluyó: “Aun al acercarse a la mayoría de edad, el apoyo y la protección son necesarios, ya que los problemas y decisiones a los que tiene que hacer frente son más importantes”.

A su turno, Carmen Garcimartín, vicedecana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Coruña y secretaria de la International Academy for the Study of Jurisprudence of the Family, hizo referencia al derecho del niño a la educación, el cual es de suma importancia, debido a que el niño pasa mucho tiempo en el colegio. “Esto significa que alguien tiene el deber de educar al niño, y ese alguien son sus padres”, reseñó. Para finalizar, señaló que son los padres los que deciden como quieren que crezca el niño, por lo tanto, el colegio no puede interferir en esa decisión de los padres.

Regina Beatriz Tavares da Silva, presidente de la Asociación de Derecho de Familia y Sucesiones, comparó el derecho brasilero con el derecho portugués y el argentino en relación a la reproducción asistida. “Son sistemas diferentes y diversos”, indicó. En lo que se refiere a la reglamentación legal de reproducción asistida, la expositora aclaró que existen dos corrientes de pensamiento: una que es contraria a la reglamentación por ley, como en el caso de Argentina y Portugal, mientras que la otra línea es favorable a la reglamentación por ley, cuyo caso es el de Brasil.

Acto seguido, Graciela Medina, profesora titular de Derecho de Familia y Sucesiones de la Facultad de Derecho, hizo una breve reseña de lo que ha acontecido en estos 25 años con la Convención de los Derechos del Niño en el mundo, y en particular en Argentina. “La Convención de los Derechos del Niño nace para proteger a una parte de la humanidad que es la más vulnerable: los niños”, explicó. Muy pronto, esta herramienta resulta insuficiente para el fin que tiene, por lo tanto, necesitó del dictado de otras convenciones complementarias, y estas son los protocolos facultativos. Así, mencionó el protocolo facultativo del año 2012, el cual faculta a los particulares a ir a denunciar que hay incumplimiento de la convención. “Hasta ahora la Argentina no adhiere, porque puede ser sancionada por incumplimientos”, observó. Concluyó que los datos sirven para posibilitar el cambio, debido a que ayudan a detectar las necesidades e impulsar las labores de promoción. “Si nosotros no sabemos en qué estamos equivocados no podemos actuar para mejorar”, remarcó.

Posteriormente, Úrsula Basset, doctora en Ciencias Jurídicas de la UCA, mencionó que en los últimos tiempos se ha experimentado un aceleramiento de los niños -es decir, niños precoces-, así como también un desaceleramiento -niños que tienen 30 años-. “Tenemos situaciones en las cuales, por un lado, se ha prologando el proceso de maduración y, por el otro, hay situaciones en donde este proceso se ha hecho más precoz”, observó. Asimismo, se refirió a las relaciones y las situaciones familiares, las cuales son más dinámicas, más ágiles y menos duraderas. Finalmente, manifestó que las nuevas tecnologías informáticas crean nuevas vulnerabilidades y marginalidades sociales como, por ejemplo, el acceso a determinados contenidos que son nocivos para el niño.

Por último, Marcos M. Córdoba, director del seminario, estuvo a cargo de elaborar las conclusiones. De este modo, reconoció que la sociedad se ha comprometido y se ha logrado la unión de las voluntades de casi un centenar y medio de países. “Esa unión de pensamientos y de voluntades, que resulta aplicable a una diversidad tan grande de formaciones culturales, no puede expresarse de otra forma que no sea a través de cláusulas extremadamente abiertas”, reseñó. Luego, advirtió que en la actualidad es muy difícil saber cuando hablamos de niño; sin embargo, la convención entiende que “niño” es aquella persona que no ha completado sus atributos como para desenvolverse por sí mismo. “Cuando se redactó la convención, el tiempo de la concepción estaba en el instante cero de la unión del material reproductivo masculino y femenino, por ende, la protección comenzaba desde ese momento. En consecuencia, eso es lo que hasta el día de hoy protege la estructura jurídica argentina”, finalizó.

“El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”, afirmó Carlos Martínez de Aguirre.