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Año XIV - Edición 249 04 de junio de 2015

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26 años con la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CIDN): Discursos jurídicos y prácticas sociales en desarrollo. Desafíos actuales

  • Notas

El 13 de mayo pasado se realizó en el Instituto Gioja de la Facultad de Derecho la II Clase Abierta Interdisciplinaria Internacional. El evento fue organizado por el proyecto UBACyT "Los conflictos socio-jurídicos en torno a la infancia. Nuevos escenarios", dirigido por Laura N. Lora.

La actividad fue coordinada por Laura N. Lora, quien dio la bienvenida y reseñó que las exposiciones presentadas abordan cuestiones, temas y situaciones que están directamente vinculadas con los derechos humanos de los niños. De esta manera, repasó la definición de niño recogida en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, como todo ser humano comprendido entre los cero y los dieciocho años de edad. “Argentina, al momento de ratificar la convención, hizo una reserva y considera niño a todo ser humano desde la concepción en el seno materno”, adicionó. Por otra parte, mencionó que también en nuestro ordenamiento jurídico existe la expresión “niñas, niños y adolescentes”, registrada por, entre otras legislaciones, la Ley de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. En la misma línea argumental, consideró que la Convención Internacional de los Derechos del Niño, conjuntamente con otros instrumentos internacionales de derechos humanos, produce pasar de un modelo que se denominaba doctrina de la situación irregular a un sistema garantista de derechos que se conoce como doctrina de la protección integral de la infancia.

Tras su presentación, Berny Barquero (abogado-Universidad de Costa Rica) se refirió al tema “La aplicación del proceso de mediación para prevenir la violencia en el sistema educativo: el caso particular de Costa Rica”. De este modo, se refirió a varios casos de violencia educativa que han surgido alrededor del mundo, principalmente a seis casos norteamericanos. Luego, recordó que la educación debe verse como un derecho humano, lo cual ha quedado claro en diferentes instrumentos internacionales. Asimismo, aseveró que el sistema educativo es muy complejo principalmente porque intervienen gran cantidad de personas en un espacio muy reducido. “El centro educativo es muy pequeño para tantas personas y esto hace que haya conflictos constantes”, agregó. Por otra parte, mencionó que un caso de conflicto que sucede muy a menudo en Costa Rica y que incluso es un delito es la tenencia de armas de fuego. Otro problema tiene que ver con la tenencia de armas blancas, aunque consideró que en Costa Rica los principales casos de tenencia se dan en el tercer ciclo de educación diversificada, cuando los niños son mayores de 12 años. Respecto a la mediación, Barquero afirmó que se trata de un proceso de índole autocompositivo que procura prevenir y resolver el conflicto a través del diálogo y la escucha activa, donde las partes de manera voluntaria seleccionan una o varias personas que deberían ser imparciales en cuanto a la facilitación de la comunicación para concluir la acción conflictiva. “La importancia de la mediación en la prevención de la violencia educativa es múltiple porque no hay que ver la mediación como únicamente un proceso de resolución, sino que va más allá. Hay que ver la mediación como una manera de afrontar el conflicto y conducirse a la vida. No es una cuestión lineal, sino un proceso integral que, ante todo, lo que pretende es prevenir”, expresó.

Por su parte, Amalia Pugliese sostuvo que no puede hablarse de adolescencia o violencia social en el mundo adolescente si no se toca el tema social, ya que lo social puede favorecer, dificultar o directamente obstaculizar no solo el logro de un proyecto, sino que en esa dificultad lo social puede generar destinos trágicos en la adolescencia. “No solamente es un obstáculo silencioso el que puede hacer lo social, sino que puede generar destinos trágicos”, advirtió Pugliese. Con relación al proyecto, la oradora aclaró que se trata de un hacer privado. “Una de las preguntas adolescentes es ‘¿Quién soy’, ‘¿Quien seré?’, y una pregunta aún más sustancial, ‘¿Quieren que yo sea?’”, analizó. Consecuentemente, las dos primeras preguntas son privadas, y la otra está dirigida a un afuera del sí mismo. “¿A quiénes está dirigida esa pregunta? Está dirigida a lo social. Está dirigida a aquellas cosas que lo social, el contexto, provee al joven como ideales, como marcas identificatorias, como legalidades, contratos, alianzas”, desarrolló. En la misma línea argumental, la expositora avanzó sobre la idea de contrato narcisista. “Este contrato narcisista supone dos partes. Lo social proyecta y le dice que va a tener un lugar. Para que el adolescente tenga un lugar va a tener que hacer algo. Nosotros te damos marcas, ideales (…) y le pide al adolescente el compromiso de transmitir en el futuro lo que ha recibido de la cultura y de lo social”, manifestó. Entonces, este contrato le asegura una continuidad generacional, provee un origen, establece una continuidad y otorga el derecho a ocupar un lugar independiente del parental. Hacia el final de su ponencia, Pugliese concluyó en que “los fenómenos macrosociales pueden producir situaciones drásticas en las vidas personales de los sujetos que forman los grupos”.

“Los fenómenos macrosociales pueden producir situaciones drásticas en las vidas personales de los sujetos que forman los grupos”, concluyó Amalia Pugliese.