Seminario "El legado de Raúl Alfonsín"

"Presidencialismo", por Alberto Dalla Via

Mónica Pinto, Leandro A. Martínez y Alberto R. Dalla Via

“Podríamos decir en los términos actuales que era un neo-institucionalista, es decir, de aquellos que creen que las instituciones cumplen un rol y no definen por sí sola la vida política, pero que están allí apuntalándola”, afirmó el Dr. Alberto Dalla Via.

Organizado por la Cátedra libre Democracia y Estado de Derecho "Dr. Raúl Alfonsín”, el 14 de octubre comenzó el seminario “El legado de Raúl Alfonsín” que contará en sus sucesivas reuniones con la participación de destacados disertantes. La primera actividad tuvo lugar en el Aula 217 de la Facultad, donde el Dr. Alberto Dalla Via trató el tema “Presidencialismo”. La coordinación estuvo a cargo de Leandro A. Martínez, integrante de la Cátedra libre organizadora.

La Decana Dra. Mónica Pinto dio la bienvenida a los presentes y destacó la importancia de esta primera actividad de la cátedra libre. Asimismo, expresó que la UBA ha reconocido en Raúl Alfonsín un estadista y le ha otorgado una distinción como Doctor “Honoris Causa”.

Para finalizar, consideró que este seminario sobre el legado de Alfonsín va a recorrer todos los ejes de su pensamiento, aquél que, más allá de las diferencias partidarias, pensó una Argentina grande y para el futuro. Así, agregó que “hay muchas cosas para rescatar del legado de Raúl Alfonsín, y creo que la elección que ha hecho la cátedra de quienes van a ser los exponentes en las distintas ocasiones nos va a permitir aprender un poco más sobre estos distintos ejes”.

A continuación, hizo uso de la palabra el Dr. Alberto Dalla Via. Recordó al Dr. Alfonsín -a quien tanto preocupaban los temas institucionales- señalando que cuando tuvo que atravesar la transición hacia la democracia en aquella campaña de 1983, su discurso terminaba con el Preámbulo de la Constitución Nacional y, en tal sentido, afirmó que “podríamos decir en los términos actuales que era un neo-institucionalista, es decir, de aquellos que creen que las instituciones cumplen un rol y no definen por sí sola la vida política, pero que están allí apuntalándola”.

De esta manera, consideró que Alfonsín fue un hombre de acción que estuvo hasta el fin de sus días preocupado por el país, no solamente tuvo interés por el sistema, sino que lo perfeccionó y lo profundizó. Indicó en este sentido que se le representaba el presidencialismo como una sombra, no porque creyera que era malo en sí mismo, sino porque lo intranquilizaba el autoritarismo, pues su afán era la democracia.

Así, señaló que una de las preocupaciones de Alfonsín era el hiper-presidencialismo hegemónico, es decir, no solamente el modelo presidencial, sino además cómo había sido el desarrollo histórico de nuestro presidencialismo. Agregó que allí encontraba que los golpes de estado habían acrecentado los liderazgos personales, sobretodo las épocas de facto habían generado en Argentina las corporaciones, en vez de articular sus intereses alrededor de un Congreso como se hace en los Estados democráticos; y que se alarmaba la concentración del poder presidencial reflejada en el uso abusivo de algunas instituciones de emergencia, sobretodo el estado de sitio, que a lo largo de la historia había servido para concentrar poderes presidenciales, así como las intervenciones federales, que haciendo un acto de construcción histórica, observó que fueron abusos de todos los gobiernos.

Posteriormente, continuó haciendo referencia a los varios esquemas que se proyectaron en el Consejo para la Consolidación de la Democracia, mencionando que primero se pensó en un modelo a la manera francesa, con una cohabitación entre Presidente y Primer Ministro, luego se pasó a una propuesta de un modelo portugués y, finalmente, el proyecto propuso un modelo a la manera peruana, que consistía en la existencia de un Jefe de Gobierno que fuera un poco más que jefe de la Administración.

Por otra parte, estimó que lo dicho hasta el momento sugiere una reflexión acerca de nuestro continente Americano, haciendo una lectura donde se observa que actualmente se ve afectado no solamente por el presidencialismo, sino también por el populismo, considerándola como una nueva modalidad, el cual es justificado por muchos economistas frente a situaciones de crisis como la que vivimos nosotros en el año 2001, cuando hay que salir a igualar socialmente y repartir, porque existen necesidades en la sociedad. Al respecto, apreció que si el Dr. Alfonsín estuviera presente en este momento, seguramente tendría una gran preocupación en relación al sistema democrático.

Para concluir, planteó que su reflexión en homenaje a Raúl Alfonsín consistía en plantear si la culpa es del sistema o es de un desapego a las normas. Así, expresó que Alfonsín tenía razón cuando observaba esta telaraña de corporaciones sobre el Poder Ejecutivo que él tuvo que sufrir muchas veces, así como también la concentración de poderes políticos, económicos, reales.