Homenaje a 25 años de la histórica sentencia del juicio a las juntas militares

Carlos Mas Velez, Ricardo Gil Lavedra y Leandro A. Martínez

Durante sus palabras, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación indicó: “estamos llevando a cabo uno de los procesos de investigación y juicio en materia de delitos de lesa humanidad más importantes en todo el planeta, y el proceso se inició con este fallo dictado por magistrados que enorgullecen a nuestro Poder Judicial”.

El 9 de diciembre de 1985 la Cámara Federal, que llevó adelante el juicio oral y público a quienes integraron las tres juntas militares de la dictadura que había gobernado el país hasta hacía apenas dos años, dictó la sentencia que condenó a los principales responsables del terrorismo de Estado.

Con la organización de la Cátedra Libre sobre Democracia y Estado de Derecho “Dr. Raúl Alfonsín”, el pasado 9 de diciembre de 2010 se realizó un acto en el Aula Magna de la Facultad de Derecho donde disertaron los Dres. Ricardo Lorenzetti (Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación), Mónica Pinto (Decana de la Facultad de Derecho), Carmen Argibay (ministra de la Corte Suprema de Justicia de la Nación), el diputado nacional Ricardo Alfonsín y el periodista Pepe Eliaschev para rendir homenaje a los ex camaristas y fiscales que intervinieron en el juicio a las juntas militares. Asistieron, entre otros, el gobernador Hermes Binner; y el Profesor Tom Farer, miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que visitó a la Argentina en 1979 y testigo ante el Tribunal.

De manera introductoria, el Coordinador de la Cátedra Libre, Dr. Carlos Mas Velez, resaltó el coraje y la decisión del ex Presidente Raúl Alfonsín que, junto a muchos hombres, hizo que la justicia le asigne el valor que deben tener los derechos humanos en una sociedad democrática.

Por su parte, el Dr. Ricardo Lorenzetti indicó que “estamos llevando a cabo uno de los procesos de investigación y juicio en materia de delitos de lesa humanidad más importantes en todo el planeta, y el proceso se inició con este fallo dictado por magistrados que enorgullecen a nuestro Poder Judicial”. A su vez, destacó el esfuerzo notable de los que trabajaron en estas causas, la transparencia y el acceso a la información. “No sólo el coraje cívico en llevar adelante la causa sino también material, de investigación, de organización de expedientes”, manifestó. Planteó entonces que debemos pensar si ese pasado tiene algún futuro y reflexionar por qué hemos llegado en la Argentina a esta situación. “Los juicios de lesa humanidad no pertenecen a nadie en particular, son parte del contrato social de los argentinos; están en el consenso de la ciudadanía”, concluyó.

Seguidamente, la Dra. Carmen Argibay recordó con emoción que presenció la histórica sentencia y que, como víctima de la represión, se sintió identificada con todos los que expusieron durante el juicio. Asimismo, subrayó la actitud tomada en el transcurso del proceso judicial por los jueces y fiscales, quienes “pusieron el cuerpo al dolor y escucharon, sin perder detalles, las cosas más horripilantes”.
Finalmente, consideró que fue un juicio ejemplar que permitió que el Poder Judicial argentino reivindique hoy a la justicia y al Estado de Derecho como los pilares inamovibles de un Estado democrático.

Acto seguido, el periodista Pepe Eliaschev aseguró que “el fallo que se conoció el 9 de diciembre de 1985 fue la mayor hazaña civil de la Argentina contemporánea”. Sostuvo que en nuestro país no hubo impunidad cuando se conocieron las sentencias de los jueces en los albores de la democracia. También marcó el coraje, la decisión política y la claridad de objetivos que tuvo nuestro país y su gobierno al resolver, pese a los enormes peligros que implicaba procesar y sentenciar a personas que tenían todavía mucho predicamento y esperar que ese fallo se concretara con absoluta autonomía. Aludió entonces a que la enseñanza que nos deja reside en que el proceso judicial que llevó a la sentencia del 9 de diciembre se realizó en medio de la protección de las garantías civiles de los encausados. “Esta gente que había consumado el terror de Estado y alterado los más elementales códigos éticos de convivencia humana recibió las garantías de sus plenos derechos de defensa”, expresó. Instó entonces a “estar convencidos que el país cumplió con un mandato central que nos permite mirar a nuestros hijos y nuestros nietos con los ojos iluminados porque no hubo impunidad”.

Luego, la Decana Mónica Pinto aclaró que la tarea universitaria no consiste sólo en enseñar, sino también en formar valores cívicos e inculcar el imperio del Derecho. Opinó además que el Presidente Alfonsín tomó una soberana decisión política y, con ella, estaba inaugurando el capítulo de la justicia transicional. De tal modo, estimó que la sentencia privilegió tres valores: la justicia, la libertad y la democracia. Brindó asimismo una gran demostración del imperio del Derecho y de “cómo la Constitución tiene jueces y no da lo mismo ser un juez de la Constitución que no serlo”. Explicó entonces que el juicio fue importante porque supuso una construcción de verdad en la sociedad argentina que surgía del expediente y la decisión estuvo estrictamente basada en Derecho, conforme a prueba. “Fue el punto de partida de todo el devenir de los derechos humanos en este país”, finalizó.

Más adelante, el diputado nacional Ricardo Alfonsín aprovechó la ocasión para “resaltar la tranquilidad de saber que en la Corte Suprema de Justicia tenemos hombres probos, íntegros y capaces de defender el Estado de Derecho y la independencia de la justicia”. Así, caracterizó a este acontecimiento como una de las páginas de la historia más trascendente del siglo XX, sosteniendo que “en ningún otro país se hizo algo semejante, no porque no quisieran, sino porque era muy difícil de hacer”. Advirtió el coraje cívico y físico que tuvieron los jueces cuando muchos creían que la transición democrática era una más porque se estaba enjuiciando a los responsables del terrorismo de Estado. Para finalizar, precisó que el proceso constituyó una tarea extraordinaria desde el punto de vista jurídico, político y moral.

A continuación, los Dres. Carlos Mas Velez y Mónica Pinto hicieron entrega de diplomas conmemorativos a los ex Camaristas León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra, Jorge Torlasco, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz, como así también a la señora del juez Andrés D´Alessio y al ex fiscal Julio César Strassera.

Al recibir la distinción, el Dr. Ricardo Gil Lavedra postuló en representación de los homenajeados que si bien el reconocimiento es de índole personal, en verdad no lo están recibiendo por sus méritos personales, sino que tiene un significado institucional mucho más grande. Aseveró entonces que el juicio a las juntas ha adquirido este valor simbólico tan fuerte porque encarna el principio cardinal de cualquier sistema democrático: la igualdad ante la ley.

Hacia el final, el Dr. León Arslanian señaló que hace 25 años no se imaginaban que un cuarto de siglo después se los iba a recordar en un acto. Reconoció que sentían incertidumbre, pero que también tenían un sentimiento de identidad respecto de la nobleza de la causa que se perseguía en aquel entonces, aunque no se sabía a ciencia cierta cuál iba a ser el destino final.