Jornada sobre trata de personas

Leandro Martínez, Francisco Delich, Mónica Pinto y Eugenio Bulygin

“La trata y la prostitución son dos caras de una misma moneda”, advirtió Fabiana Tuñez.

La Cátedra Libre Democracia y Estado de Derecho "Dr. Raúl Alfonsín" organizó una actividad académica para abordar las diferentes ópticas de la problemática actual de la trata de personas en el país y en el mundo, además del trabajo de las ONGs, los instrumentos internacionales y las propuestas legislativas actuales. La actividad tuvo lugar el 1° de diciembre en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho.

Las exposiciones estuvieron a cargo de Lucía Alberti, Presidente de la Asociación pro Naciones Unidas de Argentina (ANUA), María Luisa Storani, Diputada de la Nación de la Unión Cívica Radical y Fabiana Tuñez, Coordinadora General de La Casa del Encuentro.

La primera de las oradoras fue Lucía Alberti que resaltó: “el tráfico de personas es un tema árido […] al punto tal de su frecuente conexión con el narcotráfico y el tráfico de armas”. Citando estadísticas proveídas por la Organización de Naciones Unidas, afirmó que en lo que hace a la posibilidad de ganancias económicas estas actividades resulta altamente redituable para aquellos inescrupulosos que ingresan en este mercado ilícito. Sin embargo, el tráfico de personas pareciera ser aún más redituable que la venta de estupefacientes o de armas. En definitiva, con mucho atino, explica Alberti que la droga y las armas se comercializan pasando de mano en mano, en cambio, en la trata de personas aquel ser humano privado de su libertad permanece bajo el sometimiento permanente de un mismo sujeto que lucra impunemente sin necesidad de ceder en la posesión de la víctima.
Por otro lado, enseñó que “a veces la trata y el tráfico son dos cosas diferentes cuando por mucho tiempo en la Argentina se ha hablado de trata y trafico como lo mismo y, en realidad, tráfico es un delito contra el Estado, trata es un delito contra las personas”. Admitió que las confusiones en gran parte se debieron a la traducción al español de algunas de las cláusulas del Protocolo de Palermo. El tráfico y la trata de personas es sin dudas uno de los comercios más viles y más repudiables. Se vulnera la libertad de las personas sometidas a estos aberrantes crímenes y se las cosifica al punto tal de ser comercializadas como un mero objeto. Advirtió que la trata y tráfico de personas no debe confundirse con la práctica de la prostitución. “La prostitución es lo que se ejerce libremente con el cuerpo, el comercio sexual no es eso. Las mujeres que están esclavizadas, que tienen restringida su libertad ambulatoria no están ejerciendo libremente el derecho a prostituirse o no”, sentenció Alberti.

A continuación, María Luisa Storani explicó que “los temas que se están debatiendo hoy en la Cámara tienen que ver con los temas de la agenda de género que hemos instalado las mujeres, aunque parezca mentira los hombres acompañan pero la iniciativa la tenemos nosotras”. Hoy la trata de personas es un crimen transnacional organizado y existen en la actualidad normas que intentan combatir dichas prácticas. Así, existe la Convención contra el Crimen Transnacional Organizado del año 2002, conjuntamente con su protocolo facultativo de aplicación -conocido como Protocolo de Palermo-, además de la Convención Internacional contra todas las Formas de Discriminación hacia las Mujeres que en su artículo 19 ya recomendaba en el año 1979 tomar recaudos para evitar la trata de personas. A ello se le debe sumar la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida usualmente como Convención de Belém do Pará, en la cual se busca erradicar la violencia de género. A partir de un caso de adquirió relevancia mediática, el delito de trata de personas se federaliza y “al federalizarse el delito la acción es mucho más directa cuando ocurre un caso porque se puede actuar mucho más rápido, con mucha más diligencia sobre el caso sí avisa inmediatamente”.

Subrayó Storani que como consecuencia de la paridad cambiaria que caracterizo a la última década del siglo pasado se produjo un intenso aluvión de mujeres provenientes de República Dominicana, muchas de las cuales arribaron al país siendo engañadas a través de promesas que incluían ofertas laborales ajenas a la prostitución. Se descubrió finalmente que un funcionario público dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, en su rol de proxeneta, había articulado el arribo de muchas migrantes provenientes de Centroamérica.

Por último, Fabiana Tuñez manifestó que “la trata de personas es un negocio que en el mundo normalmente se lleva 32.000.000.000 de dólares anuales y se lleva la vida de más de 4.500.000 de mujeres y niñas para la explotación sexual”. Pero también existe la esclavitud laboral aunque fundamentalmente en el 80% de los casos de trata de personas se trata de seres humanos se que se encuentran sumidos bajo el rigor de la esclavitud sexual. Con cierto lamento declaró que la Argentina tiene el penoso título de ser un país de origen, tránsito y destino. “Cuando hablamos de origen, estamos hablando de que las mujeres son secuestradas, capturadas, engañadas dentro de nuestro país”, explicó Tuñez.

“La trata y la prostitución son dos caras de una misma moneda”, advirtió la expositora. Según Tuñez, ello se fundamenta en que toda mujer que llega a la prostitución no lo hace por libre elección debido a que no existe libre elección cuando uno no tiene garantizado sus derechos básicos.